Una bonita historia que nos pone en conocimiento de un último deseo. Eso fue lo que sucedió el pasado Domingo en una ceremonia inusual en la que contrajeron matrimonio una niña de nueve años y un niño de siete, para lo cual todos diríamos que el mundo cada vez está más loco, pero la explicación la tiene que ambos son pacientes de cáncer.
Jayla Cooper y José Griggs comenzaron su vida juntos después de jurar ser amigos para siempre, publicó CBS en su edición digital.
Aunque todo puede verse como un una locura los padres de Jayla quisieron cumplirle su última voluntad. La boda se produjo después de que los médicos le anunciaran a la niña que le quedaban unas pocas semanas de vida. Familia y amigos se reunieron para celebrar la boda de Jayla Cooper la cual esta luchando contra la leucemia. Acertada o no, solo se puede deducir que dio felicidad tanto a los protagonistas como a sus familias, ya que son estos momentos los que en situaciones como estas se quiere rodear a aquellas personas que necesitan de ello.